- CAMARERO, ¿ME PONE UN CAFÉ?
TRANSCURRÍA UNA MAÑANA MÁS, PARECIDA A LAS ANTERIORES DESDE QUE ABRIERON LA CAFETERÍA NUEVA, DONDE HABÍA EMPEZADO A TRABAJAR.
Y TRAS LA BARRA ME PEDÍAN MÁS DE LO MISMO.
- SÍ SEÑORA, ¿EL DESAYUNO DE SIEMPRE?
- NO, SÓLO UN CAFÉ, NO ESTÁ LA ECONOMÍA PARA BOLLOS.
ME DIRIGÍ A LA COCINA SABIENDO LO QUE ME ESPERABA. EL LOCAL ERA AMPLIO, MUY ILUMINADO, LOS MUEBLES AÚN OLÍAN A NUEVO Y LAS PAREDES LIGERAMENTE A PINTURA. UNA CAFETERÍA “ÚLTIMO MODELO” A LA PAR QUE ACOGEDORA, POR LA QUE PASABA GENTE DE TODO TIPO. ASÍ ERA FÁCIL DISTRAERSE.
AL TRASPASAR LA PUERTA NOTÉ LA TENSIÓN, YA TÍPICA, QUE ENVOLVÍA A ESTA SALA. LOS GRUÑIDOS MATUTINOS QUE EL COCINERO DEDICABA AL PINCHE REBOTABAN EN LAS PAREDES HACIÉNDOME DAÑO EN LOS OÍDOS, Y ÚLTIMAMENTE YO ERA EL TERCERO EN DISCORDIA. ESA MAÑANA NO FUE DISTINTA.
SALÍ DE MI BARRA LLEVANDO EL DESAYUNO PARA LA MESA 3, UN GRUPO DE UNIVERSITARIOS, QUE NO HABÍA VISTO ANTES PASABA LAS HORAS APOSTANDO AL PÓKER, RIENDO A CARCAJADAS Y GOLPEANDO LA MESA DE VEZ EN CUANDO; AMBIENTABAN EL RINCÓN HACIENDO PARECER QUE NO ERAN LAS 10 DE LA MAÑANA, SINO DE LA NOCHE.
OBSERVAR ESA SITUACIÓN ATENUÓ LOS NERVIOS QUE TRAÍA. DURÓ POCO. EL CHOQUE FRONTAL CON UNO DE LOS PARTICIPANTES HIZO IMPOSIBLE CUALQUIER TIPO DE MANIOBRA, VOLCANDO LA BANDEJA SOBRE SU CAMISA. MIRÉ HACIA LA PUERTA DE LA COCINA. NO LO HABÍAN VISTO, NO QUERÍA DAR RAZONES PARA QUE ALGUIEN RECORDASE LA TORPEZA QUE ME CARACTERIZA.
PARTE DEL CAFÉ ABRASÓ MI MANO. UNA QUEMADURA MÁS NO. A LA OTRA PUNTA, AL BAÑO DIRECTO. CUARTOS DE BAÑO DE DISEÑO, LUZ ARTIFICIAL INTENSA, LIMPIEZA, COLORES LLAMATIVOS. ME LAVÉ LAS MANOS Y APLIQUÉ LA CREMA.
MENOS DE UN MES EN ESTE TRABAJO Y YA NECESITABA HUIR, YA ME SENTÍA ENCERRADO POR MUY AMPLIO QUE FUERA EL ESPACIO TRAS LA BARRA. TODO IGUAL.
MALDITA LEY ANTITABACO.
VOLVÍ A MI BARRA, SI HUBIERA PODIDO ME HABRÍA QUEDADO AL OTRO LADO DE ÉSTA… PERO QUEDABAN 6 HORAS DE JORNADA LABORAL.
ME SENTÉ, NECESITABA UN MINUTO.
AL FONDO, EN LA ZONA PROBABLEMENTE MÁS TRANQUILA, INUNDADA POR UN CHORRO DE LUZ, DOS CHICAS PROBABLEMENTE DE MI EDAD SE AISLABAN DEL ENTORNO PARA CONCENTRARSE EN UN CUADERNO LLENO DE DIBUJOS IMPOSIBLES QUE NO ALCANZABA A ENTENDER DESDE MI POSICIÓN.
IMAGINÉ SER EL TERCERO QUE REPASABA PARA EL EXAMEN…
ALGO ME DEVOLVIÓ A LA REALIDAD.
- CAMARERO, ¿ME PONE UN CAFÉ?
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